En 2014, la crisis migratoria de los países del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) se agudizó con la llegada de los «coyotes», personas que se dedicaban al tráfico de niños hasta la frontera sur de Estados Unidos. Esos niños que viajaban sin padres terminaron siendo una cifra de alrededor 64.000. Julio Ligorría (Guatemala, 1956) fue quien abordo la crisis como embajador de Guatemala en Washington durante 2013 hasta 2015. En su gestión, colaboró con el Plan de la Alianza para la Prosperidad que buscaba atender las preocupaciones de EE.UU. respecto al flujo de migrantes centroamericanos a su territorio. Antes de la llegada del presidente Donald Trump al poder tuvo la oportunidad de reunirse con él y exponerle lo que estaba sucediendo en materia de migración.
Una vez salió del cargo, Ligorría se ha dedicado a temas de consultoría en gestión de crisis. Hoy responde a ABC temas de interés internacional:
Uno de los mayores problemas para EE.UU. es la migración procedente de centroamérica. ¿Qué opinión merece el endurecimiento de la política migratoria de Trump?
La lectura que se le debe dar a su política migratoria es de racismo, «bulling» político, es una medida de carácter político-electoral. Si Trump hubiera querido atacar el problema siguiera con el plan que fue consensuado por demócratas y republicanos (refiriéndose al Plan Alianza para la Prosperidad). En cambio, Trump satisface al elector del centro-oeste de EE.UU., una gente que piensa que están siendo invadidos por personas cuya tez no es de su mismo color.
Sin embargo, los centroamericanos han demostrado que son grandes trabajadores. Los 2.5 millones de guatemaltecos que se encuentran en territorio norteamericano enviaron 10.000 millones dólares, lo que representa el 13% del producto interno bruto de Guatemala, a su país de origen. No existe granja o cultivos norteamericanos que no tengan un alto capital humano de latinos trabajando.
Trump firmó el pasado mes de julio un nuevo convenio llamado «Tercer país seguro» (falta que la corte constitucional de Guatemala de su dictamen para ratificarse) que, en paralelo, otorgaba por primera vez la visa de trabajo temporal para los guatemaltecos. Aplica para la temproada de siembras y cosechas que duran cuatro meses. Vas trabajas, ganas en dólares y regresas a tu país. Este modelo ya existe con Canadá que lo extendió a hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.
Durante sus años como embajador en Washington (2013-2015), usted vivió la crisis de migrante, específicamente de los niños que llegaban solos al EE.UU...
Guatemala es la verdadera frontera sur de EE.UU. porque norteamerica (con México) ya forman un solo mercado. Guatemala es el vecino del mercado más grande del mundo por lo que esa frontera tiene implicaciones y desafíos en muchos ámbitos, desde la seguridad nacional hasta la facilitación de las exportaciones.
En 2014, me tocó enfrentar la crisis de migrantes más importante de los ultimos años. En este caso, eran alrededor de 64.000 niños no acompañados que llegaron a la frontera norteamericana. Venían sin sus padres con el acompañamiento únicamente de los «coyotes», (personas que se dedican al tráfico de humanos).
Los embajadores del Triángulo Norte nos reunímos y concluímos con un plan que se llamó «Plan Alianza para la Prosperidad». Esto ocurrió al final del mandanto de Obama. Fue un plan muy interesante e incluía lo que realmente se necesita en la zona. El Gobierno de EE.UU. iba a aportar cerca de 1.000 millones de dólares y los países del triángulo otra cantidad para que en conjunto, se hicieran inversiones importantes y crear empleo, sostenibilidad, seguridad y servicios públicos básicos.
¿Por qué cree que no se ha puesto en marcha dicho plan?
Hay una responsabilidad compartida entre todos los actores afectados. En la transición entre Obama y Trump tuve la suerte de reunirme con este último para hablar del tema de migración. Allí le conté a Trump que la migración mexicana es negativa, que el año anterior habían salido 800.000 de regreso a su país porque las condiciones de vida en la franja norte de México son exactamente las mismas que en los estados sur de EE.UU. El mexicano del norte tiene sostenibilidad en el empleo, seguridad social, educación y de muy alta calidad. El plan también incluía lucha contra el narcotráfico.
La aproximacion al tema migratorio no puede ser político porque es un drama humanitario. Esas ideas quedaron flotando en esa sala.
Y ahora con la victoria de Alejandro Giammattei en Guatemala, ¿cree que pueda mejorar la situación?
Los medios quieren poner a Giammattei como un exjefe de prisiones. Es médico, tecnócrata, ha sido director de entidades públicas, ha tenido una trayectoria... Su declaración sobre un muro económico en vez de un muro de piedra nos dice por dónde quiere llevar la politica migratoria (el verdadero muro son las oportunidades laborales). Su primer desafío será ver qué hace con el convenio firmado entre Jimmy Morales y Donald Trump (Tercer país seguro). Con él puede hacer dos cosas: si la Corte dice que tiene que ir al Congreso para su ratificación sería una ruta cómoda ya que Giammatei no interrumpe el acuerdo de Estado. Lo otro que puede hacer es desconocerlo una vez conversado con EE.UU. Es una oportunidad de desarmarlo ahora y armar algo más inteligente e integral.
Por otro lado, el llamado de Giammattei a una mesa de consenso es positivo porque vamos a tener una dinámica de diálogo nacional que va a nutrir ese espacio transicional (cinco meses hasta que asuma el cargo en enero) y si logra establecer comisiones de transición entre el Ejecutivo actual y el electo puede avanzar mucho trabajo. Es un hombre que piensa como Estado, algo que no tuvimos con el presidente Morales lamentablemente. Giammattei puede ser un punto de inflexión en la historia política de Guatemala.
La desnutrición infantil es uno de los grandes problemas que aqueja Guatemala y que no ha podido resolver...
Sí. Es el principal problema es que somos el país número uno en desnutrición crónica infantil a nivel hemisférico. No somos el país más pobre, somos el país donde más niños menores de cinco años (el 46%) padece de desnutrición, eso te entrega después niños con unas capacidades muy limitadas en su aprendizaje y en su crecimiento. En los años 60, El Salvador y Guatemala en sus indicadores manejaban unas cifras similar. ¿Qué ha sucedido desde entonces? El Salvador ha hecho decrecer su índice de desnutrición en casi un 75% y Guatemala únicamente en un 8%. Con esos datos, hay estudios que nos dicen que si hoy empezamos a resolver el problema de la desnutrición a ese ritmo vamos a terminar en 100 años. Y eso no debería ser cierto porque los protocolos para resolver ese problema con el apoyo de la tecnología existen. Pero no hemos tenido voluntad política.
En su experiencia como crisis migratoria, ¿Cómo describe lo que está pasando en Venezuela?
La crisis humanitaria de la diáspora venezolana es uno de los elementos en este mundo globalizado y deshumanizado más doloroso que hay. Venezuela siempre ha tenido problemas, pero era uno de los países más ricos del mundo y hoy está en la línea de la pobreza. Para los que se van es el desprendimiento de su tierra, algo totalmente inmerecido y desgarrador que no tiene nombre. Lo que yo veo con Venezuela es que los de afuera no podemos sentir lástima, sino compromiso para que esos héroes anónimos como Juan Guaidó, Leopoldo López y algunos otros, que los hemos abandonado, vuelvan a sentir el apoyo de la comunidad internacional.
La solución pasa por Venezuela. La comunidad internacional ha demostrado su cobardía, su falta de solidaridad, superficialidad y egoísmo porque los hemos abandonado en manos de una camarilla de criminales liderados por Nicolás Maduro. Yo he sido un benefactor con el diálogo porque la salida de estos temas indudablemente pasan por ahí.
Por último, ¿qué significado tiene la victoria del kirchnerismo en las primarias en Argentina?
Mauricio Macri está pagando una factura muy dolorosa, no como consecuencia que haya sido un mal presidente porque yo creo que ha sido sobresaliente, pero sus asesores son los principales responsables de que el kirchnerismo (no el peronismo) pueda regresar a Argentina. El kirchnerismo es sinónimo del desastre y que hoy tiene posibilidades gracias a un elemento que nos es común a todos los latinoamericanos: la ignorancia y no hablo de educación. En Argentina hay gente que no se da cuenta que el voto por Kirchner es ir al pasado y regresar a escenarios del latrocinio público que no se habían visto en ese país
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